miércoles, 24 de septiembre de 2014

Aquiles entrega a Briseida



Así habló, y Patroclo obedeció a su compañero, y sacó de la tienda a Briseida, la de las bellas mejillas, y se la dio para llevarla. Volvieron a las naves de los aqueos, y la mujer marchó con ellos de mala gana. A su vez, Aquiles se apartó al punto de sus compañeros y se echó a llorar sentado sobre la ribera del canoso mar, mirando al ilimitado ponto. Muchas plegarias dirigió a su madre, extendiendo los brazos: «¡Madre! Ya que me diste a luz para una vida efímera, honor me debió haber otorgado el olímpico Zeus altitonante. Ahora bien, ni una pizca me ha otorgado, pues Atrida Agamenón, señor de los anchos dominios, me ha deshonrado y quitado el botín y lo retiene en su poder». Así habló vertiendo lágrimas, y le oyó su augusta madre sentada en los abismos del mar al lado de su anciano padre y al punto emergió, como nubareda de polvo del ancho mar. Se sentó delante de él, que seguía vertiendo lágrimas, lo acarició con la mano, lo llamó con todos sus nombres y dijo: «¡Hijo! ¿Por qué lloras? ¿Qué pena invade tus mientes? Habla, no la ocultes en tu pensamiento, sepámosla ambos».

Ilíada, Canto I (traducción de L. Segalá)



Autor: Peter Paul Rubens 
Fecha: 1631-32
Museo: Detroit Institute of Arts
Características: 44 x 68,5 cm.
Estilo: Barroco Centroeuropeo
Material: Oleo sobre tabla
Copyright: (C) ARTEHISTORIA

Briseida, cuyo verdadero nombre era Hipodamia, era hija de Brises, sacerdote de la ciudad de Lirneso que fue saqueada por Aquiles, quien mató al esposo de Briseida. Aquiles la llevó cautiva y, para consolarla, Patroclo le hizo la promesa de que Aquiles la haría su esposa, llegando a ser la favorita del héroe griego. Al ser obligado Agamenón a entregar a su esposa Criseida a su padre, aquél exigió que se le entregara a Briseida, lo que provocó la negativa de Aquiles a participar en el combate durante la guerra de Troya.Esta escena que contemplamos forma parte de la cuarta serie de tapicerías realizada por Rubens dedicada a la "Vida de Aquiles" e integrada por ocho telas. Las circunstancias que rodean a esta serie permanecen desconocidas, considerándose que se trata de un ciclo concebido tras su matrimonio con Helene Fourment, colaborando con su suegro, comerciante de sedas y tapices, en cuyo taller fueron inventariados los estudios en 1643. Se especula que sería el rey Carlos I de Inglaterra el cliente al que iría destinado el conjunto.En esta composición, el sexto panel de la serie, se ilustra las consecuencias de la decisión de Aquiles de vengar la muerte de su amigo Patroclo y continuar la lucha contra los troyanos. En agradecimiento, Agamenón devuelve la cautiva Briseida al héroe, así como diversas partes del botín. Rubens nos muestra a Aquiles recibiendo a su favorita con gesto de alegría mientras Briseida adopta una casta pose, como una Venus púdica, escoltada por el anciano Néstor. A su izquierda está Odiseo que eleva la mano al cielo para jurar que la joven regresa sin mancillar. Entre Aquiles y Briseida se interponen dos esclavos que hacen entrega al héroe de buena parte del botín. Al fondo de la composición, en una tienda de campaña, dos mujeres lloran ante el cadáver de Patroclo.El encuadre con amorcillos sujetando la tela y las columnas de los laterales es una herencia de la serie del Triunfo de la Eucaristía. En la columna de la izquierda vemos a Mercurio con su caduceo como símbolo de paz y en la derecha la Paz con el emblema de la Concordia.

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